martes, 15 de febrero de 2011

Somos "Iesu Communio"

Son poco más de las cuatro de la tarde cuando una multitud de jóvenes radiantes de amor atraviesa el Arco de Santa María para dirigirse hacia la Catedral de Burgos. Una multitud de bellas mujeres consagradas al "Amor de su Vida". Una multitud vestida de azul, de azul "celeste".
El numeroso público congregado en la plaza aplaude, llora de emoción, trata de identificar a su hija, a su amiga, a las Madres Verónica y Blanca. Ellas esperan en silencio la apertura de la puerta y sonríen, no paran de sonreír. La fila es interminable, ocupan toda la diagonal de la plaza. Tras ellas viene un grupo de unas 40 jóvenes que están en discernimiento sobre su vida y su vocación.

A las cinco de la tarde ha dado comienzo la celebración de la Eucaristía de Acción de Gracias. Se ha formado una procesión. Tras la cruz alzada y el incienso han pasado las 186 hermanas en fila de a dos, sin distinciones: postulantes, novicias, profesas temporales o profesas perpetuas; da lo mismo, son hermanas. Mucho público en la Catedral con espacio reservado para sus benefactores (que Dios les bendiga) y para los padres, principales benefactores de este nuevo Instituto de Vida Consagrada. Ellas caminan en oración, cantan en latín Veni, creator Spiritus, mentes tuorum visita... con el único acompañamiento del órgano. Suena solemne.
La hermana Ancilla hace una breve monición explicando el motivo por el que nos hemos reunido allí y agradeciendo nuestra presencia a todos, venidos de todas partes: de Burgos, de Asturias, de Barcelona, de Madrid, de Valencia, de Navarra, del País Vasco, de La Mancha, de Andalucía, de Mallorca, de Austria, de México, de Venezuela, de Paraguay, de Estados Unidos, de Polonia...
El Nuncio de Su Santidad, Monseñor Renzo Fratini lee la carta que el Prefecto para los Institutos de Vida Consagrada, Cardenal Franc Rodé, envió al arzobispo de Burgos.
Cantan el Gloria. ¡Cómo cantan!
El padre de unas hermanas hace la primera lectura del capítulo 60 del profeta Isaías. Se emociona sobremanera y casi no puede terminar de leer "...a tus hijas las traen en brazos..."
La hermana Inés entona el salmo 40 "prendado está el Rey de tu belleza, póstrate ante él que él es tu Señor..."
"para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo" lee la hermana Jerusalén en la segunda lectura de la 1ª carta de San Juan.
Después de cantar el aleluya el diácono proclama un fragmento del capítulo 19 del Evangelio de San Juan en el que destaca el grito de Jesús: "Tengo sed". Grito que preside su oratorio y que acompaña la imagen del libro que nos han entregado para seguir la celebración.

D. Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos hace una homilía plagada de referencias a todos los presentes. Expresa en primer lugar sus sentimientos de agradecimiento a Dios por un lado y de alegría por el don que Dios está derramando en su diócesis. A los padres nos dice: "En algún momento habréis pensado que vuestra hija cometía una locura y hoy os digo que cometía la única locura que merece la pena cometer: enamorarse de Jesucristo y entregarle su amor a Él solo y para siempre". A las hermanas les recuerda los momentos por los que han pasado para llegar a este momento y les recuerda que "el Señor no abandona a quien pone su confianza en él". 
El Sr. Arzobispo hace tres preguntas semejantes a las que se hacen en el rito de la profesión y las hermanas responden "Sí, quiero" como expresión de que se mantienen en su voluntad de vivir la consagración hasta el fin en el nuevo Instituto.
D. Francisco bendice los anillos que van a ser entregados a las profesas solemnes. Se trata de una alianza blanca, símbolo de la victoria del Resucitado, que lleva grabado "Iesu Communio": Jesús crea la comunión al darnos su Espíritu y la comunión hace presente a Jesús.
También bendice las cruces que las hermanas llevarán como signo de su llamada, identidad y misión.
Madre Verónica se ha postrado en el suelo mientras las hermanas se arrodillaban. La hermana Ingrid entona las letanías de los santos y las profesas solemnes se acercan a recibir de manos de su Madre la alianza, empezando por la Madre Blanca a la que Madre Verónica le entrega la alianza arrodillada.

Unas hermanas postulantes han llevado las ofrendas al altar, entre ellas un regalo de las Hermanas Clarisas. Madre Verónica ha depositado también las nuevas constituciones en el altar.
Al final entonan el "Ave María".

Finalizada la comunión la Madre Verónica nos dirige unas palabras a todos los presentes. Recuerda sobre todo a la Madre Blanca que es su madre y la madre de todas. "El gozo más grande que tengo ahora es ser cristiano. ¿Por qué tengo la suerte de tener fé?. Me encanta formar parte de la Iglesia, de esta Iglesia que sois vosotros. Cada día me apasiona más el don de la consagración. Me encanta mi heredad. No me concibo sola, me concibo en comunión "Iesu communio" Comunión de Jesús." Son algunas de las frases que nos dirige. Nos da las gracias a todos los presentes: a los obispos, a los sacerdotes con un recuerdo especial para Pablo Domínguez (ved la película "la última cima") y para D. Eugenio Romero Pose. Agradecimiento también a Santa Clara y la Orden Franciscana; a los padres, familiares y bienhechores.
Nos pide que las llamemos con el nombre con el que han sido bautizadas "Iesu Communio".

Entonan un "Te Deum" mientras las hermanas que aún no son profesas solemnes pasan a recoger la cruz de manos de Madre Verónica. Les entregan esta cruz que les será impuesta cuando profesen solemnemente como anticipo de lo que el Señor quiere para ellas, como una promesa.
Han vuelto a salir en procesión hacia el claustro de la Catedral. Cuando han llegado todas han roto a cantar "Esta es la juventud del Papa" y otros cantos similares como expresión y estallido de tanta emoción contenida.
La noche ya ha caído sobre la plaza de la Catedral cuando de nuevo atraviesan el Arco de Santa María de camino hacia los autobuses que las llevan a su casa. Esta vez la procesión ya es menos organizada por los gritos de los presentes. Todos queremos saludar a nuestra hija, a nuestra amiga, a nuestra conocida o que nos vea, simplemente, y crucemos una mirada. Da lo mismo, toda la plaza somos un sólo cuerpo, todos somos Iglesia en Jesús, todos somos Comunión en Jesús, todos somos "IESU COMMUNIO".






8 comentarios:

  1. ¡Gran crónica! Gracias por recoger todos los detalles. Y, por lo que veo,...¡enhorabuena!

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  2. Muchas gracias!
    Ha sido como estar allí..ya que ni siquiera lo compartieron por la televisión y nos quedamos muchos con ganas de ver la ceremonia..

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  3. Mil gracias !!!
    Yo sí estuve... y he revivido todo leyendo tu crónica... ¡¡¡qué suerte ser cristianos!!!

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  4. Muchas gracias... Ha sido estupendo leer este artículo. Realmente somos uno en Cristo Jesús!

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  5. He vivido de cerca todo este surgimiento y el poco respeto y el oscurantismo con el que han actuado con respecto al resto de hermanas Clarisas es abominable.
    Cada vez que la veía yo a la tal Verónica en el supermercado me miraba con un desprecio...
    Todas tienen buena posición social, me pregunto si admitirían a una pobre....

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  6. Respuesta a Anónimo: No sé lo de cerca que "has vivido todo este surgimiento", pero sí se lo cerca que lo he vivido yo desde hace bastantes años. Como padre de una de las hermanas me alegro mucho de "tener buena posición social" aunque me cueste mucho llegar a final de mes y no sepa cómo responder a mis hijas cuando me preguntan por qué la nevera está vacía.
    Por el anonimato desconozco si eres hombre o mujer como desconozco tu "posición social", yo sólo soy un hombre que busca la voluntad de Dios cada día para intentar vivirla.

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  7. Gracias!
    He leído esta crónica-noticia con frecuencia.
    Me encanta!!
    ¡Qué Dios os siga bendiciendo!!

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  8. Gracias,
    Paz y Bien en María Inmaculada,

    José Antonio

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