domingo, 23 de diciembre de 2012

¡FELIZ NAVIDAD!

A continuación reproduzco la felicitación navideña que hemos recibido de las Hermanas Iesu Communio.
Vosotros, queridos lectores, podéis leer el texto aquí mejor que nosotros en la tarjeta puesto que nuestra hija nos la ha hecho llegar subrayada y con anotaciones y reflexiones por todas partes. Yo os invito a dos cosas:
  • Que imprimáis el texto y también subrayéis y hagáis anotaciones a medida que lo leéis y releéis en estos días. Da mucho de sí.
  • Que hagáis como nosotros, que en la nochebuena lo leeremos después del evangelio del nacimiento, antes de colocar al niño en el Belén.

 María tiene en sus brazos al Niño, nos lo está ofreciendo. Presenta el Misterio que el Espíritu de Dios ha obrado en sus entrañas: la encarnación del Hijo de Dios. En su seno, durante nueve meses, se ha hecho realidad el sueño inmemorial de Dios. Dios se ha hecho niño.

La Madre presenta el fruto de su vientre: el misterio de Dios en la carne de un niño; Dios hecho don absolutamente accesible, absolutamente amable, absolutamente tierno; Dios hecho don para todos.

Algo nuevo había empezado a ocurrir. En un niño, Dios aprendía a ser hombre, y el hombre aprendía a ser Dios. Y ese misterio del Niño Dios es un misterio llamado a prolongarse en nosotros. En la carne de Jesús aprendemos cuál es el designio de Dios sobre nuestra humanidad, sobre cada uno de nosotros. Hoy no recordamos simplemente un hecho histórico acaecido hace mucho tiempo; hoy queremos hacer una especialísima memoria de una realidad de la que el cristiano vive cada día; hoy nos centramos y contemplamos las entrañas del ser cristiano.

Por el don del Espíritu, Cristo no es solo Emmanuel, es decir Dios con nosotros, sino también Dios en nosotros. Por el don del Espíritu, Cristo viene continuamente a nosotros, nace continuamente en nosotros, porque el Espíritu nos configura con él, para que nosotros seamos también encarnación de Dios en este mundo, para que seamos presencia de Dios gracias a nuestra frágil carne que el Espíritu Santo configura a Cristo.

No solo queremos evocar un hecho histórico, sino que deseamos confesar con nuestra vida el don de Dios ofrecido a todos: nuestra carne está llamada a ofrecer a Cristo, a ser presencia suya en la noche gélida de los pastores o en la búsqueda inquieta de los magos de Oriente. No solo nuestras palabras, sino nuestra manera de hablar, nuestra forma de reír, nuestras relaciones, nuestra jovialidad, nuestra agudeza, nuestra simpatía, nuestro carácter, nuestro ser y nuestro obrar, si responden al don del Espíritu, han de ser presencia del amor de Cristo encarnado en nuestra humanidad y ofrecido a todos.

Belén es la inaudita locura de Dios, que quiere ver como ven los hombres, oír como oyen los hombres, sentir como sienten los hombres, hablar como hablan los hombres,... para que un día los hombres vean como ve Dios, oigan como oye Dios, sientan como siente Dios, hablen como habla Dios.

Belén es un clamor. Dios quiere hacernos ver cómo lo más grandioso sucede en lo pequeño, en lo sencillo, en lo desapercibido para el fasto y el boato mundanos, incluso en lo despreciable y desechable para tantos y tantos. Belén nos reclama convertir nuestra manera de mirar y considerar la realidad, convertir nuestra forma de atender a las personas y a los acontecimientos, convertir nuestros criterios para valorar lo que nos rodea, convertir nuestra actitud ante cada una de las acciones que hemos de afrontar: en todas ellas quiere nacer Jesús, hacerse presencia para todos. No hay nada en nuestra vida que no esté llamado a ser Navidad, porque todo nuestro tiempo está llamado a ser sagrado.

¡Ser Navidad! ¡Se necesita tan poco para serlo! ¡Un pesebre y unas pajas acogieron la gloria de Dios hecho Niño! Pero el Esperado vino de forma insólita. ¡Y el  Esperado viene tantas veces en formas tan desconcertantes! Hay veces en que el desconcierto nos vence, hasta no ver el Don que tanto deseamos. "Señor, ¿cuándo fue eso?", diremos. "Cuando lo hicisteis, o no, con uno de estos", nos dirá el Niño de Belén. Dejamos de acunarlo en la fragilidad del hermano que nos escandaliza, en la tristeza del hermano que nos abruma, en la alegría del hermano que nos molesta, en la caída del hermano que nos genera juicio, en el éxito del hermano que nos entristece, en el fracaso del hermano que no lo hacemos nuestro, en el carácter del hermano que nos irrita, en la dejadez del hermano que nos desasosiega, en las carencias del hermano que nos abochornan,... ¡Ay, si todo lo acunásemos en el amor...! Quizás los hermanos encontrarían la medicina para su fragilidad, la alegría para su tristeza, la fortaleza para levantarse de su caída, el estímulo para equilibrar su carácter, el ardor para salir de la dejadez, la riqueza para colmar sus carencias; quizás sus alegrías serían nuestras alegrías, y sus éxitos serían los nuestros. ¡Hay tantas ocasiones en que nuestro amor no acuna a Jesús que viene en el hermano! Y cuando eso sucede, dejamos de ser carne de Iglesia.

En Belén, María nos ofrece a su Hijo, cuyo Espíritu nos capacita para que nuestra carne, configurada a Cristo, haga presente su bien, su belleza y su verdad en medio del mundo, pero solo será así si sabemos acogerlo y acunarlo en el hermano que, a nuestro lado, con sus carencias, es asimismo presencia de Cristo indigente.

Misterio de Navidad: Dios encomendado a las manos de los hombres, Dios confiado en las manos de los hombres.

¡Os deseamos una santa y, por tanto, una feliz Navidad!

sábado, 22 de diciembre de 2012

ESCLAVOS EN EL PARAÍSO (Vídeo promocional)

Os invito a ver el vídeo promocional de "Esclavos en el paraíso". Un buen libro para regalar estas navidades.

lunes, 10 de diciembre de 2012

EL AÑO DE LA FE Y EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA


Primera Prédica de Adviento 2012

P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap
ROMA, viernes 7 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Iniciamos un nuevo ciclo de las predicaciones del padre Raniero Cantalamessa OFMCap, predicardor de la Casa Pontificia, que inicia el tiempo litúrgico de Adviento.
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1. El libro "comido"
En la predicación a la Casa Pontificia, trato de dejarme guiar, en la elección de temas, por las gracias o los eventos especiales que la Iglesia vive en un momento dado de su historia. Recientemente tuvimos la inauguración del Año de la Fe, el quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II, y el Sínodo sobre la nueva evangelización y la transmisión de la fe cristiana. Pensé, por lo tanto, desarrollar en el Adviento una reflexión sobre cada uno de estos tres eventos.
Empiezo con el Año de la Fe. Para no perderme en un tema, la fe, que es tan vasto como el mar, me centro en un punto de la Carta Porta Fidei del santo padre, precisamente allí donde insta a hacer del Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) (en el vigésimo aniversario de su publicación), el instrumento privilegiado para vivir fructuosamente la gracia de este año.
El papa escribe en su Carta:
"El Año de la Fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica.En efecto, en él se pone de manifiesto la riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil años de historia. Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los maestros de teología a los santos de todos los siglos, el Catecismo ofrece una memoria permanente de los diferentes modos en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina, para dar certeza a los creyentes en su vida de fe." 1
No hablaré ciertamente sobre el contenido del CEC, de sus divisiones, de sus criterios informativos; sería como tratar de explicar la Divina Comedia a Dante Alighieri. Prefiero hacer un esfuerzo por mostrar cómo hacer para que este libro, de instrumento tan silencioso, como un violín bien apoyado sobre un paño de terciopelo, se transforme en un instrumento que suene y sacuda los corazones. La Pasión de San Mateo de Bach, permaneció durante un siglo como una partitura escrita, conservada en los archivos de la música, hasta que en 1829 Felix Mendelssohn en Berlín hizo de ella una ejecución magistral, y desde ese día el mundo se enteró de qué melodías y coros sublimes, estaban contenidos en aquellas páginas que hasta entonces permanecian mudas.
Son realidades muy diferentes, es cierto, pero algo así pasa con cada libro que habla de la fe, como es el CEC: se debe pasar de la partitura a la ejecución, de la página muda a algo vivo que sacuda el alma. La visión de Ezequiel de la mano extendida sosteniendo un rollo, nos ayuda a entender lo que se requiere para que esto suceda:
"Yo miré: vi una mano tendida hacia mí, que sostenía un libro enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito por el anverso y por el reverso; había escrito “Lamentaciones, gemidos y ayes”. Y me dijo: “Hijo de hombre, come lo que se te ofrece; come este rollo, y ve luego a hablar a la casa de Israel.” Yo abrí mi boca y él me hizo comer el rollo, y me dijo: “Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este rollo que yo te doy.”Lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel" (Ez. 2,9-3,3).
El Sumo Pontífice es la mano que, en este año, ofrece de nuevo a la Iglesia el CEC, diciendo a cada su miembro: "Toma este libro, cómetelo, llénate el estómago". ¿Qué significa comerse un libro? No es solo estudiarlo, analizarlo, memorizarlo, sino hacerlo carne de la propia carne y sangre de la propia sangre, "asimilarlo", como se hace con los alimentos que comemos. Transformarlo de fe estudiada, a fe vivida.
Esto no se puede hacer con toda la dimensión del libro, y con todas y cada una de las cosas en ella contenidas. No se puede hacer analíticamente, sino solo sintéticamente. Me explico. Debemos comprender el principio que informa y une todo, en suma, el corazón del CEC. ¿Y cuál es ese corazón? No es un dogma, o una verdad, una doctrina o un principio ético; es una persona: ¡Jesucristo! "Página tras página --escribe el santo padre a propósito del CEC, en la misma carta apostólica--, resulta que lo que se presenta no es una teoría, sino un encuentro con una persona que vive en la Iglesia."
Si toda la Escritura, como dice Jesús mismo, habla de él (cf. Jn. 5,39), si está preñada de Cristo y si todo se resume en él, ¿podría ser de otro modo para el CEC, que, de las Escrituras mismas, quiere ser una exposición sistemática, elaborada a partir de la Tradición, bajo la guía del Magisterio?
En la Primera parte, dedicada a la fe, el CEC recuerda el gran principio de santo Tomás de Aquino según el cual "el acto de fe del creyente no se detiene ante el enunciado, sino que alcanza la realidad" (Fides non terminatur ad enunciabile sed ad rem)2. Ahora, ¿cuál es la realidad, la "cosa" última de la fe? ¡Dios, por supuesto! Pero no un dios cualquiera que cada uno se retrata a su gusto y voluntad, sino el Dios que se ha revelado en Cristo, que se "identifica" con él hasta el punto de poder decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" y "A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha contado" (Jn. 1,18).
Cuando hablamos de fe "en Jesucristo" no separamos el Nuevo del Antiguo Testamento, no comenzamos la verdadera fe con la llegada de Cristo a la tierra. Si fuera así, sería como excluir del número de creyentes al mismo Abraham, a quien llamamos “nuestro padre en la fe” (cf. Rm. 4,16). Al identificar a su Padre con "el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" (Mt. 22, 32) y con el Dios "de la ley y los profetas" (Mt. 22, 40), Jesús autentificó la fe judía, mostró su carácter profético, diciendo que ellos hablaban de él (cf. Lc. 24, 27.44; Jn. 5, 46). Esto es lo que hace a la fe judía diferente a los ojos de los cristianos, de cualquier otra fe, y que justifica la condición especial de que goza, después del Concilio Vaticano II, el diálogo con los judíos respecto a otras religiones.
2. Kerigma y Didaché
Al inicio de la Iglesia era clara la distinción entre kerigma y didaché. El kerigma, que Pablo llama también "el evangelio", se refería a la obra de Dios en Cristo Jesús, el misterio pascual de la muerte y resurrección, y consistía en fórmulas breves de fe, como la que se puede deducir del discurso de Pedro en el día de Pentecostés: "Ustedes lo mataron clavándole en la cruz, Dios le resucitó y lo ha constituído Señor" (cf. Hch. 2, 23-36), o también: "Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo" (Rm. 10,9).
La didaché indicaba, en cambio, la enseñanza sucesiva a la llegada de la fe, el desarrollo y la formación completa del creyente. Estaban convencidos (especialmente Pablo) que la fe, como tal, germinaba solo en presencia del kerigma. Este no era un resumen de la fe o una parte de la misma, sino la semilla de la cual nace todo lo demás. También los cuatro evangelios fueron escritos más tarde, precisamente con el fin de explicar el kerigma.
Incluso el más antiguo núcleo del credo hacía referencia a Cristo, de quien metía en luz el doble componente: humano y divino. Un ejemplo de ello es considerado el verso de la Carta a los Romanos que habla de Cristo "nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos" (Rm. 1,3-4 ). Pronto este núcleo primitivo, o credo cristológico, fue incluido en un contexto más amplio como el segundo artículo del símbolo de la fe. Nacen, incluso por exigencias relativas al bautismo, los símbolos trinitarios llegados hasta nosotros.
Este proceso es parte de lo que Newman llama "el desarrollo de la doctrina cristiana"; es una riqueza, no un alejamiento de la fe original. Nos corresponde a nosotros hoy en día --y en primer lugar a los obispos, a los predicadores, a los catequistas--, distinguir el carácter "aparte" del kerigma como momento germinal de la fe.
En una ópera, para retomar la metáfora musical, está el recitado y el cantado; y en el cantado están los "agudos" que conmueven a la audiencia y provocan emociones fuertes, a veces incluso escalofríos. Ahora sabemos cuál es el agudo de cada catequesis.
Nuestra situación ha vuelto a ser la misma que en el tiempo de los apóstoles. Ellos tenían ante sí un mundo precristiano para predicar el evangelio; nosotros tenemos ante nosotros, al menos en cierta medida y en algunos sectores, un mundo poscristiano para reevangelizar. Tenemos que regresar a su método, sacar a la luz "la espada del Espíritu", que es el anuncio, en Espíritu y poder, de Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (cf. Rm. 4,25).
El kerigma no es solo el anuncio de algunos hechos o verdades de fe claramente definidas; es también una atmósfera espiritual que se puede crear según lo que se diga, un contexto en el que todo se dispone. Está en el que anuncia, mediante su fe, permitirle al Espíritu Santo crear esta atmósfera.
Entonces, nos preguntamos, ¿cuál es el sentido del CEC? Lo mismo que en la Iglesia apostólica fue la didaché: formar la fe, dándole un contenido, mostrando sus exigencias éticas y prácticas, volviéndola una fe que "actúa por la caridad" (cf. Ga. 5,6). Lo clarifica bien un párrafo del mismo CEC. Después de recordar el principio tomista de que "la fe no termina en las formulaciones, sino en la realidad", añade:
"Sin embargo, nos acercamos a estas realidades con la ayuda de las formulaciones de la fe. Estas permiten expresar y transmitir la fe, celebrarla en comunidad, asimilarla y vivir de ella cada vez más"3.
Esta es la importancia del adjetivo "católico" en el título del libro. La fuerza de algunas iglesias no católicas es poner todo el énfasis en el momento inicial, en la llegada a la fe, en la adhesión al kerigma y en la aceptación de Jesús como Señor, visto, todo esto, como un "nacer de nuevo", o como "una segunda conversión". Sin embargo, esto puede convertirse en una limitación, si se detiene en eso y todo sigue girando en torno a eso.
Nosotros los católicos tenemos algo que aprender de estas iglesias, pero también tenemos mucho que dar. En la Iglesia católica esto es el comienzo, no el final de la vida cristiana. Después de esa decisión, se abre el camino hacia el crecimiento y la plenitud de la vida cristiana y, gracias a su riqueza sacramental, al magisterio, al ejemplo de muchos santos, la Iglesia católica se encuentra en una posición privilegiada para llevar a los creyentes a la perfección de la vida de fe.
El papa escribe en la citada carta Porta Fidei:
"A partir de la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los maestros de la teología a los santos que han pasado a través de los siglos, el Catecismo ofrece una memoria permanente de las muchas maneras en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina para dar certeza a los creyentes en su vida de fe."
3. La unción de la fe
He hablado del kerigma como del "agudo" de la catequesis. Pero para producir este agudo no es suficiente levantar el tono de la voz, se necesita más. "Nadie puede decir '¡Jesús es Señor!' [¡esto es, por excelencia, el agudo!] sino en el Espíritu Santo" (1 Co. 15,3). El evangelista Juan hace una aplicación del tema de la unción, que se presenta particularmente actual en este Año de la fe. Él escribe:
"Ustedes tienen la unción del Santo, y todos ustedes lo saben [...] La unción que de él han recibido permanece en ustedes, y no necesitan que nadie se lo enseñe. Pero como su unción les enseña acerca de todas las cosas --y es verdadera y no es mentirosa--, como les ha enseñado, permanezcan en él" (1 Jn. 2, 20.27).
El autor de esta unción es el Espíritu Santo, como se deduce del hecho de que en otra parte, la función de "enseñar todas las cosas" es atribuida al Paráclito como "Espíritu de verdad" (Jn. 14, 26). Se trata, como escriben diferentes Padres, de una "unción de la fe": "La unción que viene del Santo –escribe Clemente de Alejandría--, se realiza en la fe"; "La unción es la fe en Cristo", dice otro escritor de la misma escuela4.
En su comentario, Agustín dirige en este sentido, una pregunta al evangelista. ¿Por qué, dice, has escrito tu carta, si aquellos a los que te dirigías habían recibido la unción que enseña acerca de todo, y no tenían necesidad de que nadie les instruyese? ¿Por qué este nuestro mismo hablar e instruir a los fieles? Y he aquí su respuesta, basada en el tema del maestro interior:
"El sonido de nuestras palabras golpea el oído, pero el verdadero maestro está dentro [...] Yo he hablado a todos, pero aquellos a los que no habla esa unción, a aquellos que el Espíritu no instruye internamente, se van sin haber aprendido nada [...] Por tanto, es el maestro interior el que realmente enseña; es Cristo, es su inspiración la que enseña."5
Hay una necesidad de instrucción desde fuera, necesitamos maestros; pero sus voces penetran en el corazón solo si se le añade aquella interior del Espíritu. "Y nosotros somos testigos de estos hechos, y también el Espíritu Santo que ha dado a los que le obedecen" (Hch. 5,32). Con estas palabras, pronunciadas ante el Sanedrín, el apóstol Pedro no solo afirma la necesidad del testimonio interno del Espíritu, sino también indica cuál es la condición para recibirlo: la voluntad de obedecer, de someterse a la Palabra.
Es la unción del Espíritu Santo que hace pasar de los enunciados de la fe a su realidad. El evangelista Juan habla de un creer que es también conocer: "Nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene" (1 Jn. 4,16). "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios" (Jn. 6, 69). "Conocer", en este caso, como en general en toda la Escritura, no significa lo que hoy significa para nosotros, es decir, tener la idea o el concepto de una cosa. Significa experimentar, entrar en relación con la cosa o con la persona. La afirmación de la Virgen: "Yo no conozco varón", no quería decir que no sé lo que es un hombre...
Fue un caso de evidente unción de fe lo que Pascal experimentó en la noche del 23 de noviembre de 1654 y que fijó con cortas frases exclamativas en un texto encontrado después de su muerte, cosido en el interior de su chaqueta:
"Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos ni eruditos. Certeza. Certeza. Sentimiento. Alegría. Paz. Dios de Jesucristo [...] Se le encuentra solamente en los caminos del Evangelio. [...] Alegría, alegría. Alegría, lágrimas de alegría. [...] Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y aquel a quien tú has enviado: Jesucristo".6
La unción de la fe se da generalmente cuando, sobre una palabra de Dios o sobre una declaración de fe, cae repentinamente la iluminación del Espíritu Santo, por lo general acompañado por una fuerte emoción. Me acuerdo que un año, en la fiesta de Cristo Rey, escuchaba en la primera lectura de la misa la profecía de Daniel sobre el Hijo del Hombre:
"Yo seguía mirando, y en la visión nocturna, vi venir sobre las nubes del cielo alguien parecido al Hijo del hombre, que se dirigió hacia el anciano y fue presentado ante él. Le dieron poder, honor y reino y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder es eterno y nunca pasará, y su reino no será destruido" (Dn. 7,13-14).
El Nuevo Testamento, se sabe, ha visto realizada la profecía de Daniel en Jesús; él mismo ante el Sanedrín, la hace suya (cf. Mt. 26, 64); una frase del texto ha entrado incluso en el Credo: “y su reino no tendrá fin”, ("cuius regnum non erit finis").
Yo sabía, por mis estudios, todo esto, pero en ese momento era otra cosa. Era como si la escena tuviera lugar allí, ante mis ojos. Sí, el Hijo del hombre que avanzaba era él, Jesús. Todas las dudas y las explicaciones alternativas de los eruditos, que también conocía, me parecían, en ese momento, excusas para no creer. Experimentaba, sin saberlo, la unción de la fe.
En otra ocasión (creo que he compartido ya esta experiencia en el pasado, pero ayuda a entender el asunto presente), asistía a la Misa de Gallo presidida por Juan Pablo II en San Pedro. Llegó el momento del canto de la Calenda, es decir, la proclamación solemne del nacimiento del Salvador, presente en el Martirologio antiguo y reintroducida en la liturgia de Navidad después del Concilio Vaticano II:
"Muchos siglos después de la creación del mundo... Trece siglos después del Éxodo de Egipto... En la centésima nonagésima quinta Olimpiada, en el año 752 de la fundación de Roma... En el quadragésimo segundo año del imperio de César Augusto, Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, habiendo sido concebido por obra del Espíritu Santo, después de nueve meses, nació en Belén de Judea, de la Virgen María, hecho hombre".
Al llegar a estas últimas palabras sentí una repentina claridad interior, por lo que recuerdo haber dicho a mí mismo: "¡Es cierto! ¡Es verdad todo esto que se canta! No son solo palabras. El Eterno entra en el tiempo. El último evento de la serie rompió la serie; ha creado un "antes" y un "después" irreversibles; el cómputo del tiempo que antes tenía lugar en relación a diferentes eventos (los Juegos Olímpicos tales, el reino de aquel), ahora se lleva a cabo en relación con un evento único": antes de él, después de él. Una conmoción repentina me atravesó totalmente, y sólo pude decir: "¡Gracias, Santísima Trinidad, y también gracias a ti, Santa Madre de Dios!".
La unción del Espíritu Santo también produce un efecto, por así decirlo, "colateral" en el que anuncia: le hace experimentar la alegría de anunciar a Cristo y su Evangelio. Transforma la tarea de la evangelización de solo incumbencia y deber, a un honor y un motivo de gozo. Es la alegría que conoce bien el mensajero que lleva a una ciudad sitiada, el anuncio de que el asedio fue levantado; o el heraldo que en la antigüedad corría por delante, para llevarle a la gente el anuncio de una victoria decisiva obtenida en el campo de su propio ejército. La "buena noticia", incluso antes de que al destinatario que la recibe, hace feliz al que la porta.
La visión de Ezequiel del rollo que se come, ha sucedido una vez en la historia en el sentido literal y no solo metafóricamente. Fue cuando el libro de la palabra de Dios ha resumido en una sola Palabra, el Verbo. El Padre lo ha portado a María; María lo ha acogido, ha llenado de él, incluso físicamente, su vientre, y luego se lo dio al mundo. Ella es el modelo de todo evangelizador y de todo catequista. Nos enseña a llenarnos con Jesús para darlo a los otros. María concibió a Jesús "por obra del Espíritu Santo", y así debe ser en cada predicador.
El santo padre concluye su carta de convocatoria al Año de la fe con una referencia a la Virgen: "Confiamos, escribe, a la Madre de Dios, proclamada "bendita" porque" ha creído" (Lc. 1,45), este tiempo de gracia"7. Le pedimos que nos obtenga la gracia de experimentar, en este año, muchos momentos de unción de la fe. "Virgo Fidelis, ora pro nobis." Virgen creyente, ruega por nosotros.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela V.
1 Benedicto XVI, Carta apost. Porta Fidei, n.11
2 S. Tomàs de Aquino, Summa theologiae, II-II, 1,2,ad 2; cit. in CCC, n.170.
3 CEC, n. 170
4 Clemente Al. Adumbrationes in 1 Johannis (PG 9, 737B); Homéliies paschales (SCh 36, p.40): testi citati da I. de la Potterie, L’unzione del cristiano con la fede, in Biblica 40, 1959, 12-69.
5 S. Agostino, Comentario a la Primera Carta de Juan 3,13 (PL 35, 2004 s).
6 B. Pascal, Memorial, ed. Brunschvicg.
7 “Porta fidei”, nr. 15.

martes, 6 de noviembre de 2012

"ESCLAVOS EN EL PARAÍSO"

Ahora que el otoño ha llegado tiñendo nuestros bosques de colores y llenando nuestros parques y jardines de hojas caídas. Con la bendita lluvia empapando las calles y, de paso, rellenando nuestros embalses. En este tiempo en que los termómetros empiezan a almacenar el mercurio en la zona inferior, o bien, en los digitales desaparece el segundo dígito como si entrara en proceso de hibernación. Llegando estos días apetece sentarse en torno a la mesa saboreando un café calentito y endulzarlo con un poco de azúcar y si es azúcar de caña, mejor aún.
En mi caso tengo que privarme de esta última parte, porque la diabetes no me lo permite, y conformarme con un par de "sacarinas". Pero hoy no quiero escribir sobre el otoño ni sobre las enfermedades que, a cada uno, nos van apareciendo con el paso de los años. Este blog trata sobre el azúcar, y más concretamente sobre el azúcar de caña.
Seguramente que al situarnos en la escena que describía al principio de estas líneas no hemos pensado en lo que hay detrás de esas dos cucharadas o terrones de cristalitos blancos o morenos que depositamos en nuestra taza de café.
No trataré de explicaros todo el proceso de elaboración de tan dulce producto, ni mucho menos. Lo que os propongo es que acompañéis esa taza de café con un complemento ideal que es la lectura de un buen libro. En concreto del nuevo libro, que hoy sale a la venta, de Jesús García. El título del mismo es: "ESCLAVOS EN EL PARAÍSO". Una frase bajo el título aclara: "El Reino de Dios en los bateyes dominicanos. La historia del misionero español Christopher Hartley Sartorius."
Como dice el Cardenal Cañizares en las páginas iniciales, a modo de presentación, el libro es un auténtico regalo para quien lo lea, como ha sido para mí un verdadero don y gracia, que estimula, alienta y hace proclamar las maravillas que la misericordia de Dios realiza a favor de la Iglesia y de los hombres.
Como dice el mismo autor, no se trata de la biografía de un superhéroe, para eso están los cómics de Batman o Superman; sino del relato de la acción de Dios en un hombre de Dios, un siervo y servidor, fiel y cumplidor del Señor. Este misionero es el sacerdote español Christopher Hartley Sartorius, pero entre las líneas de este libro desfilan muchos hombres y mujeres de Dios cuyas historias, desde la pobreza, el sufrimiento, la esclavitud incluso, reflejan de forma increíble la fe en un Dios que es Amor, rico en misericordia en medio de los campos de caña de San José de los Llanos en República Dominicana, entre los pobres mas pobres.
Cada página del libro es como un machetazo a las cañas que se elevan en los bateyes, que hace rezumar el líquido que guarda en su interior, que no es otro que la esperanza, la alegría y el gozo de vivir con la apremiante necesidad de evangelizar, de entregar la vida para llevar el Amor de Cristo a los demás.
En estos días en que tanto estamos teorizando sobre la Nueva Evangelización, llega a las librerías este libro que nos habla de lo que verdaderamente es eso de la Nueva Evangelización. El "ardor misionero" que transmite el padre Christopher en las cartas que envió desde la misión y que son el hilo conductor de este libro, nace del tiempo, del tiempo de oración, de horas y horas de oración ante el Sagrario que le regalaron las Misioneras de la Caridad. Porque no hay Nueva Evangelización sin Eucaristía.
Pues, ahora que el clima invita al recogimiento en nuestros hogares, ante una taza de café con azúcar de caña dominicano (o con sacarina), os invito a la lectura de "ESCLAVOS EN EL PARAÍSO" con disponibilidad total para contemplar las maravillas que la misericordia de Dios sigue manifestando en medio de nosotros.

domingo, 7 de octubre de 2012

MEDJUJOVEN'2012: Hacer los "recados".

Hemos quedado a las 8:30 h. en el porche de la pensión. Equipados con agua, gorra y calzado cómodo para ir hasta el monte de nombre impronunciable, el Podbdro o Colina de las Apariciones. Allí nos esperan el resto de peregrinos del grupo ya que estamos repartidos en varias pensiones.
Este es otro de los "milagros" de Medjugorje, que viendo el tamaño del pueblo y la cantidad de pensiones de que dispone, es imposible albergar a tantísimos peregrinos. La verdad es que no todos son tan privilegiados como nosotros que dormimos al lado de la parroquia de Santiago Apóstol, muchos de ellos tienen que venir en autobuses desde pueblos vecinos. Algunos haciendo varias decenas de kilómetros cada día.
Tras media hora de camino entre viñedos y puestos ambulantes en los que los lugareños ofrecen desde artículos religiosos hasta licores del lugar, pasando por paños artesanales o tortugas; alcanzamos el punto de encuentro. Enseguida van llegando de las otras pensiones y nos hacemos notar con cánticos y bailes.
La primera rampa es una calle empedrada no apta para final de etapa de la Vuelta Ciclista a España. Sólo es el primer anuncio de lo que viene a continuación porque la calle desaparece para dar paso a un monte de piedras afiladas como cuchillos, pero brillantes por el desgaste del paso de los peregrinos, algunos de ellos descalzos.
En este monte se sube rezando el Santo Rosario. Hay unas placas de bronce con los misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos. Resulta interesante la música que conforman la sucesión de "ave marías" en distintas lenguas.
Cuando finalizan los misterios Gozosos hay dos opciones: continuar hacia arriba con los misterios Dolorosos o girar hacia la derecha para acercarse a una pequeña explanada en la que está la imagen de la Virgen María conocida como "la coreana" porque fue un regalo de peregrinos de este país.
En este lugar también hay un Cristo crucificado.

De día es impresionante el silencio que envuelve este lugar, pero de noche es una cita imprescindible para todo peregrino que quiera conocer de verdad Medjugorje.
La imagen de Nuestra Señora está dentro de una verja con forma de estrella. Allí se acercan los peregrinos a presentar sus oraciones, peticiones y ofrendas.
En mi caso también he acudido a depositar mis peticiones.
En primer lugar de acción de gracias por tanto bien como me está concediendo a mí y a mi familia. Por tantas Gracias derramadas gratuitamente y que empiezan a dar sus frutos.
En segundo lugar a pedir perdón y misericordia por mis infidelidades de cada día, por mi falta de fe, por mi testarudez, por no dejarme hacer, por no ser obediente a la Madre que me dice: "Haced lo que Él os diga".
Y finalmente, oración de petición por mis intenciones particulares, por las del Santo Padre, por la Iglesia y por tanta gente que se confía en mi oración.
A esto último es a lo que yo llamo "hacer los recados". Este año he peregrinado con varios "encargos" de hermanos en la fe. Hermanos muy necesitados de oración. No me he olvidado de ninguno de vosotros. Todas vuestras intenciones han quedado a los pies de la Virgen.
No puedo daros detalles de todas ellas. Simplemente quiero compartir la emoción que me produjo depositar junto con mi oración la fotografía de un hermano enfermo. Me la entregó su esposa para hacerlo así. Desde entonces ha estado guardada en mi cartera esperando este momento. Sé que su salud no ha mejorado demasiado desde entonces, incluso va empeorando poco a poco, pero la Virgen le está ayudando a llevarlo desde la fe y le está acompañando en su sufrimiento preparándole para el encuentro definitivo con su Hijo.
Para mí ha sido un momento muy especial de intimidad con el Señor por intercesión de María. Me ha emocionado sentir su presencia y ver mi miseria, verme como siervo ejerciendo de cartero de la Virgen para llevar hasta ella la petición de mis hermanos necesitados. Reconozco que no me considero digno de este honor.
El día es muy caluroso, me he retirado a la sombra para seguir en oración y dejar sitio a otros peregrinos. Aquí, en la sombra, no sopla la brisa que me ha envuelto frente a Ella, arrodillado, en silencio, mientras algunas lágrimas resbalaban por mis mejillas.

sábado, 6 de octubre de 2012

MEDJUJOVEN' 2012: Y... ¿Esto es Medjugorje?

Os dejé cuando ya avistábamos las luces del Podbrdo muy cerca. He tardado mucho en volver a escribir desde entonces y también hemos tardado bastante en acomodarnos en nuestras pensiones. Somos muchos y cuesta hacer el reparto de habitaciones, recoger todo el equipaje, etc.
La noche ha sido larga, pero hemos podido descansar en una cama después de tres noches de dormir en tiendas de campaña.
Aunque todavía no ha empezado oficialmente el festival de jóvenes, se ve a mucha gente por la calle. La primera pregunta que hacen los nuevos peregrinos es: ¿Esto es Medjugorje? Algunos lo manifiestan abiertamente y otros no se atreven, pero en su interior hay una extraña reacción al observar este pequeño "pueblo entre montañas" perdido en Bosnia-Herzegovina.
Casi todo el trayecto del viaje ha sido por autopistas de peaje. Hemos pasado por algunos puestos fronterizos. Lo primero que llama la atención al llegar a la frontera de Bosnia-Herzegovina es que la autopista ya no existe, ni siquiera hay presupuesto para marcar las líneas de la carretera y tampoco para reparar el firme. Incluso en el "GPS" desaparece la cartografía a partir de este punto.
El puesto de los agentes fronterizos croatas es un edificio de construcción sencilla, pero una construcción digna. Sin embargo el puesto de los bosnios es una caseta de obra, metálica, con poco más de 15 metros cuadrados. En su interior, el mobiliario imprescindible para los trámites aduaneros: un par de mesas, dos sillas y alguna estantería.
El parking para autocares no ha evolucionado desde la primera vez que pasé por aquí: Una zona descampada de tierra polvorienta. No hay aseos, ni comercios.
Viendo el panorama, te preguntas: ¿A dónde vamos? Pues a una aldea que se encuentra, aún, a una treintena de kilómetros y otra treintena de minutos.
Estas descripciones son para que tú, querido peregrino virtual, puedas convencerte de que esta peregrinación no es a un lugar con excesivos atractivos turísticos.
Medjugorje no figurará, seguramente, en ninguna lista de excelencia urbanística. De hecho, la mayoría de sus calles siguen siendo caminos de tierra o de grava. Esto complica los desplazamientos con las maletas por más ruedas que tenga.
La infraestructura hotelera medjugoriana es "distinta" de lo que puedas haber imaginado. Existen algunos hoteles (pocos), pero la mayoría de los alojamientos son pensiones. Las pensiones han ido proliferando en lo que eran huertas o eras sin ningún orden establecido. Como ejemplo os comento que para acceder a la pensión donde nos alojamos nosotros, tenemos que atravesar el jardín de la pensión de al lado. Por extraño que parezca, nuestra pensión no tiene acceso desde ninguna calle, plaza o similar.
Las pensiones son familiares. La mayor parte de ellas se van ampliando y mejorando con el paso de los años. Son humildes, unas con mejores servicios que otras, pero en general muy sencillas.
Es probable que ya te hayas hecho la misma pregunta del principio: "Y entonces... ¿Esto es Medjugorje?"
Cuando esta pregunta empieza a rondar la cabeza del peregrino, acontece algo que hace distinto a este lugar de otros que habrás visitado. Se trata del personal de la pensión, de la gente de Medjugorje. Ellos suplen con su trato exquisito, con su servicialidad, con su disponibilidad todas las carencias que puede tener el lugar.
En nuestra pensión, anoche nos sorprendieron con una cena deliciosa que ninguno esperábamos. Podíamos repetir si queríamos más.
En un cuarto hemos visto que tenían una lavadora y uno de los peregrinos ha preguntado a la señora de la pensión si podía utilizarla para lavar la ropa suya y de su hija. La señora le ha dicho que no, que deje la ropa en una silla amontonada y ella se encarga de lavarla, tenderla y que se la dejará, al día siguiente en la misma silla. Y que si alguno más quiere lavar la ropa, que haga lo mismo. Y todo esto ¡¡¡GRATIS!!!
No hay un horario fijo de comidas. Ellos se adaptan al horario que nosotros les digamos. Si tenemos que madrugar mucho, nos dejan termos con café, leche y todo lo necesario para coger fuerzas aunque luego nos vuelvan a preparar otro desayuno a la vuelta.
¿Y el horario de apertura o cierre? En Medjugorje la puerta siempre está abierta.
Antes de pasear por la Explanada o subir a cualquiera de los montes o visitar la Parroquia, me ha parecido importante tener este primer contacto con Medjugorje, porque esa primera impresión se derrumba, las preguntas empiezan a responderse solas y, sobre todo, el Señor acontece en cada momento, en cada gesto, en cada persona... Y todo porque en esta aldea entre montañas la Gracia de Dios se está derramando a raudales HOY.

viernes, 14 de septiembre de 2012

MEDJUJOVEN'2012: Tu, Iglesia mia.

Ya nos hemos presentado todos y hemos convivido durante casi cuatro días en este autobús virtual. Después de tantos kilómetros, han sido muchas las horas compartidas y empezamos a ser un pueblo donde conocemos al vecino de al lado, y al de dos calles más abajo.
Cuando se lanza la campaña de la peregrinación no se pone ningún requisito a las personas que quieran animarse a este viaje, como tampoco lo he puesto yo en esta peregrinación bloguera. La consecuencia es que en los buses había peregrinos venidos de muy distintos lugares: Madrid, Extremadura, Valencia, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Canarias, Galicia, Murcia, prácticamente de todas las zonas de España y también de Méjico, Colombia. No se pide ningún pasaporte para subirse a este carro.
Ni siquiera se pide el carnet de cristiano, ese que nos gusta tanto tener la potestad de repartir y que con tanta facilidad negamos al prójimo sin mirar antes si nosotros somos dignos de él.
La procedencia, en este último sentido, es muy variopinta: religiosas, sacerdotes, diáconos, cristianos comprometidos con sus parroquias, pertenecientes al Camino Neocatecumenal, a Cursillos de Cristiandad, al Opus Dei, Carismáticos; pero también cristianos de los que abandonaron la Iglesia hace muchos años y que por invitación de algún conocido o familiar han decidido ser partícipes también de esta experiencia única.
Tampoco se pide certificado médico ni condicionante alguno por razón de edad. Desde los más pequeños de 2 años hasta algunos rondando los 80, todos tienen su sitio.
Han bastado estos pocos días para que ese grupo que partía de Ventas empiece a ser un pueblo que camina unido en busca de Dios.
Hemos celebrado la Eucaristía en uno de los camping a primera hora de la mañana. Algunos de los acampados han permanecido ajenos a nuestra presencia, pero una señora italiana se ha parado a observarnos desde una de las vallas. Estaba emocionada ante el espectáculo que contemplaba y que nosotros, por ser parte de él, no podíamos ver. Este espectáculo no era otro que un grupo de 200 personas se acomodaba en el suelo, buscando resguardo del caluroso sol de la mejor manera posible o imposible en muchos casos, para celebrar la Santa Misa. La señora estaba boquiabierta hasta que la hemos invitado a unirse a nosotros, protegida bajo un paraguas ha asistido a nuestra celebración, sentada en el suelo hasta que le hemos facilitado una de nuestras sillas plegables.
La he visto emocionada en el momento de la comunión. Al finalizar se ha despedido dando las gracias a los que estaban más cercanos a ella y nosotros hemos corrido hasta los buses.
Esta es la imagen que recuerda aquel momento.
No creo que hayan sido nuestros cantos lo que le han atraído, pues, aunque nos esforzamos en hacerlo lo mejor que podemos, es complicado tener buenas voces a primera hora de la mañana después de haber dormido en tienda de campaña. Tampoco creo que haya sido nuestras vestimentas, pues os las podéis imaginar. Entonces, ¿Qué hace que una mujer que regresa de tomar el sol en la playa se detenga a celebrar la Eucaristía en un idioma que no es el suyo con un grupo de personas a las que no conoce de nada?
Yo creo que este es el misterio de la Iglesia, de nuestra Madre Iglesia, que cuando muestra el rostro de Cristo, atrae. Esto es lo que ha visto en nosotros, a la Iglesia, que como Madre que es, se ha mostrado abierta a través nuestro, dando lo que tiene. Y ¿Qué es lo que tiene? Pues a Jesucristo vivo y presente en cristianos que se aman, que sin importarles quien es quien, se unen, se ayudan, recogen sus tiendas, sacos y equipajes colaborando unos con otros y, rápidamente, se disponen a recibirle a Él para poder continuar el viaje.

A lo lejos se ven ya las luces del Podbro. Está anocheciendo, pero las ganas de llegar a Medjugorje pueden más que el cansancio.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Pasando el testigo.

Gracias a Inés María por esta iniciativa tan hermosa.
Este blog nació con la intención de compartir vivencias de fe. Aprovechando las posibilidades que nos da internet, poder comunicar, desde la humildad, experiencias y momentos que a mí o a los míos nos han acercado a Dios. No importa mucho lo bien o mal que lo hacemos, sino contribuir por este medio a la tarea evangelizadora que el mismo Señor nos encomendó.
He recibido el "testigo" de esta iniciativa y lo acepto. Esto supone unos requisitos que expongo a continuación para que aquellos que os sintáis llamados, os unáis a la iniciativa:
  1. Publicar en una entrada lo que supone para nosotros ser evangelizadores en la blogosfera.
  2. Pasar el "testigo" a otros cinco blogs. Cinco como cinco son las letras del nombre de MARÍA, y explicar el motivo por el que se eligen cinco blogs en honor a nuestra Madre. Hacer una oración a la Virgen María por cada una de las personas que están detrás de cada uno de esos blogs.
  3. Que cada uno de los blogs elegidos lo anunciemos en dicha entrada con su respectivo nombre , así nuestros seguidores podrán descubrir otros blogs y de ese modo irnos conociendo.
A continuación os cito 5 blogs que son evangelizadores en la red:

domingo, 2 de septiembre de 2012

IESU COMMUNIO: "Una luz distinta"

Desde que hace casi seis años conocí a las entonces Hermanas Clarisas de Lerma (hoy Hermanas Iesu Communio), he estado tratando de poner palabras a la respuesta a una pregunta: ¿Qué hace que su casa sea un lugar distinto de otros lugares?
La respuesta a esa pregunta yo la sé. Diría más, cada vez que las visito recibo nuevos argumentos que concretan aún más dicha respuesta. Pese a ello, no encuentro las palabras para explicarlo y cuando alguien me plantea directamente esta misma pregunta sólo sé explicarlo diciendo: "Tienes que conocerlas".
Ayer tuve la oportunidad de visitarlas. Celebrábamos la profesión simple de la Hermana Samaritana de Jesús y no quisimos perdérnoslo. Presidió la Eucaristía el Padre Santiago ("Santi" para ellas) y, curiosamente, comenzó su homilía con esta pregunta que enunciaba al principio. Inmediatamente conecté con su predicación y, de verdad, fue muy interesante. Tuvo el acierto de concretar en una sola palabra la respuesta a esa pregunta.
¿Qué hace de "La Aguilera" un lugar distinto de otros lugares? LA FE.
Alguna vez os he hablado de su "autenticidad", de que lo que dicen y hacen es "verdad", que expresan lo que sienten, que nada es aprendido ni forzado, que todo les sale de dentro, etc. Pero la respuesta de "Santi" ha puesto palabras a lo que tantas veces he querido expresar y no sabía.
La LUZ que irradian no es otra cosa sino la luz de la fe en Cristo Vivo. No sólo lo creen, sino que lo viven. Su fe no es un perchero del que "colgar una serie de dogmas y normas" (la frase es casi literal de "Santi"); no, es una fe de respuesta a una llamada, de respuesta diaria a la llamada del Amado. Como ayer la Hermana Samaritana respondía por tres veces "Sí quiero". Una respuesta que no es diferente del "Fiat" de María: "Hágase Él en mí".
Y esta es la luz que irradian. La luz de unas criaturas que se sienten amadas por su hacedor, tomadas por Él; y que ante el descubrimiento de este cortejo diario del amado sólo saben decir: "aquí estoy". Y esto les llena de felicidad y les colma por completo. ¿El qué? El Amor del Amado.
Y ellas lo expresan así, con sencillez, unas veces con sus experiencias y otras con cantos o bailes; pero sobre todo con sus vidas, con sus rostros, con sus miradas.
Cuando ayer dejábamos La Aguilera para regresar a casa, el Señor nos sorprendió con esta preciosa puesta de sol. Quizás Él también quiso dar un matiz más y responder a la pregunta. No lo sé. Lo que sí sé es que en esta casa, como en pocos lugares, se percibe una "luz diferente", la luz que irradian unas mujeres enamoradas de Dios. Luz que no tiene su origen en normas, dogmas, leyes o fundamentalismos de ningún tipo sino en la fe. En una fe que les empuja cada momento a correr en socorro de las almas heridas, como el buen samaritano, sin escatimar en gastos. Incluso, como dijo "Santi" con excesos de amor. Estos excesos de amor surgen de la donación gratuita de un Dios Vivo, no pueden ser humanos. La solidaridad humana se queda corta ante los excesos de amor que nos regala Cristo.
Y todo para intentar calmar la sed del crucificado que con un grito, desde la cruz, clama: "Tengo sed". Igual que le pide a la mujer samaritana: "Dame de beber", y ante esa petición no caben los voluntarismos, ni el esfuerzo humano, ni nuestra fuerza de voluntad. Lo único que cabe es la respuesta de estas mujeres, las respuestas de "Samaritana" ayer: "aquí estoy", "hágase Él en mí", "sí quiero", "sí quiero", "SÍ QUIERO".

domingo, 26 de agosto de 2012

MEDJUJOVEN'2012: Y tú ¿Qué haces aquí?

Los trayectos en autobús en el viaje de ida son largos y tantas horas juntos dan para muchas cosas, además de rezar. También hay tiempo de cantar, de reír y sobre todo, de irnos conociendo.
La mejor forma de iniciar este acercamiento de unos a otros son las presentaciones. Este año lo hemos hecho respondiendo a dos preguntas: ¿Cómo te llamas? ¿Por qué has venido a esta peregrinación?
Cada uno de los peregrinos ha ido pasando por el micrófono y respondiendo a estas dos preguntas de forma breve. En nuestro bus ha habido respuestas de todo tipo, tened en cuenta que se trata del bus de las familias... Lo que han respondido algunos niños es para grabarlo, unas veces por gracioso y otras por ser verdadero testimonio de amor a Dios y a la Virgen.
Sólo he tenido acceso, obviamente, a las respuestas de los peregrinos de mi bus. Pero he conocido una peregrina con una respuesta muy curiosa a la segunda pregunta. Se trata de una lectura asidua de este blog a la que no conocía de nada y que me ha dicho que se ha decidido a venir. Esta peregrinación después de la lectura de los post que publiqué el año pasado. Estoy muy sorprendido de ambas cosas: que alguien lea este blog y que estas líneas, tan torpemente escritas, puedan contribuir a que alguien opte por venir a esta peregrinación.
Desde este post os invito a que os hagáis también estas preguntas, sobre todo la segunda, y os planteéis el porqué os habéis subido a este autobús virtual y estáis haciendo este "viaje" hasta la pequeña aldea de Bosnia-Herzegovina en la que desde hace más de 30 años 6 jóvenes dicen tener apariciones de la Virgen María.
Yo os adelanto mi respuesta. Hace unos 8 años que oímos hablar por primera vez de Medjugorje a unos amigos nuestros que habían acudido allí de forma individual. Ellos nos dejaron uno de los libros de Sor Emmanuel, "El triunfo del corazón", que leímos rápidamente y que aumentó nuestro interés por Medjugorje.
De forma inesperada una persona de nuestra familia viajó dos veces a Medjugorje por motivos de trabajo: es conductor de autobuses y viajó con grupos de peregrinos.
Era patente que la Virgen había puesto una llamada en nuestro corazón y que insistía en que debíamos ir a aquel lugar.
En mayo de 2010 vi en la librería de unos grandes almacenes un libro: MEDJUGORJE de Jesús García (El libro definitivo para comprender por qué más de 30 millones de personas han acudido a un pequeño pueblo de Bosnia-Herzegovina). Lo compré y lo traje a casa para leerlo. Curiosamente una de nuestras hijas, que eran muy reacias a todo lo que nos oían sobre Medjugorje, cogió aquel libro y lo leyó en muy pocos días. Al terminar de leer aquel libro dijo: quiero ir a Medjugorje al Festival de Jóvenes. Nuestra respuesta, inicialmente fué que quienes queríamos ir éramos nosotros (sus padres). Finalmente accedimos y dos de nuestras hijas fueron aquel verano al Festival de Jóvenes. Nosotros nos quedamos en la lista de espera con nuestra hija pequeña. La espera fué corta porque en la nochevieja de ese año 2010 ya estábamos allí, como os he contado en otro post.
Entonces ya os dije que sabía que iba a volver y así ha sido.
En resumen, el motivo por el que nos hemos subido a esta peregrinación una vez más es, sobre todo, la respuesta a una llamada de la Virgen. Y también, una respuesta de gratitud a todo lo que estamos recibiendo a través de esa pequeña aldea de Bosnia-Herzegovina.

jueves, 23 de agosto de 2012

MEDJUJOVEN'2012: Con las Hnas. Clarisas de Vilobí d'Onyar

Buenos días a tod@s:
¿Qué tal habéis pasado la noche? Nosotros hemos pasado nuestra primera noche de peregrinación acampados en los jardines del convento de la Fraternidad de Hermanas Clarisas de Vilobí d'Onyar en la provincia de Gerona. Si clicáis sobre el nombre os enlazo a su página web.
La hospitalidad de las hermanas nos ha sorprendido a todos. Nos habían preparado un arroz tres delicias y unas salchichas para cenar. También a ellas las desbordaron las previsiones. Habíamos quedado en que seríamos unas 150 personas y, a última hora, avisamos que llegábamos casi doscientas. Corrieron a comprar más "menaje" para poder darnos de cenar a todos. La cena era austera, pero estaba preparada con ese ingrediente que no incluyen en los mejores restaurantes: el AMOR. Se volcaron con nosotros, nos prepararon también un desayuno que nos supo a gloria.
En la parte organizativa de esta visita he de deciros que sólo se les había pedido un sitio donde plantar las tiendas y la posibilidad de usar baños y duchas. Era lo que se les había pedido, pero ellas no se conformaron con ofrecernos sus jardines como territorio de acampada y sus baños y duchas, limpísimos y con todo lo necesario; para ellas no era suficiente porque no saben darse "a medias". Tienen pocos recursos, pero comparten todo lo que tienen y corren a buscar medios para hacerlo lo más digno posible.
Como era domingo, la mejor forma de agradecérselo ha sido celebrar la Eucaristía, que es eso: una acción de gracias, en un pequeño bosque de pinos que tienen en su finca. Ha presidido el padre Jesús.
Hemos descansado y repuesto energías, tanto física como espiritualmente porque el día va a ser muy largo ya que tenemos que cruzar todo el sur de Francia para llegar a Albenga (Italia).
Lo dicho: ¡¡¡GRACIAS, HERMANAS CLARISAS DE VILOBÍ D'ONYAR!!! Que Dios os bendiga y la Virgen os abrace.

miércoles, 22 de agosto de 2012

MEDJUJOVEN'2012: "¿No rezamos mucho en este bus?"

Este año quiero que os subáis al bus, con la "Quechua", el saco, la esterilla, la maleta y con el corazón abierto a viajar a un lugar increíble. Cada post será un acercamiento al interior de la peregrinación, al Festival de Jóvenes o a las Gracias que Dios ha derramado sobre nosotros y que queremos compartir, humildemente desde este blog.

La primera etapa de nuestra peregrinación es Zaragoza. Quedamos en Ventas a las nueve de la mañana, pero la salida se retrasa hasta las diez o diez y media. Después de hacer y deshacer varias veces el "tetris" de los equipajes en las bodegas de los buses y de ubicar a cada cual en cada uno de los cuatro buses a los que este año se ha nombrado con advocaciones de nuestra madre: "La Gospa", "La Guadalupana", "Virgen de Lourdes" y "Nuestra Sra. de Fátima" hemos partido.
Todas las mañanas nos encomendamos con una oración al arcángel San Rafael, al Sagrado Corazón de Jesús y al Dulce Corazón de María.
Cada año se elabora una guía del peregrino con información de los lugares que vamos a visitar, plan de viaje, cantoral y la liturgia de las horas de los días que vamos a estar en el bus junto con algunas otras oraciones. La guía se convierte en el libro más leído durante el viaje y la mayoría de los peregrinos la conserva a la vuelta.
Una vez en marcha hemos hecho la oración de la mañana (Laúdes) con la ayuda de dicha guía y Rafa nos ha contado alguna anécdota o testimonio de peregrinaciones anteriores.
Yo hago lo mismo y os cuento hoy una anécdota de la peregrinación del año pasado.
Salvo por el incidente del aire acondicionado que os comenté ayer, el viaje fue muy parecido al de este año. En nuestro bus (el de las familias) viajaba una familia que había venido desde Cáceres. Habían hecho la reserva el matrimonio y sus dos hijos, pero a última hora un problema con las vacaciones hizo que el cabeza de familia se quedara en casa. Como ya tenían el viaje pagado y para aprovechar las plazas, ella invitó a su hermano, que accedió a subirse a aquel autobús. El hermano hacía varios años que no pisaba una iglesia, ni ganas que tenía de volverla a pisar. Un joven inteligente, con varios títulos universitarios, emprendedor, con un reconocido prestigio en su sector laboral. Aventurero y deportista.
Ocupaba, junto con su hermana las plazas paralelas a la mía y a la de mi esposa en el bus y charlamos un poco durante aquel trayecto. A media mañana rezamos Laúdes, después de haber hecho la oración inicial que os he comentado. Recuerdo que esto fue lo único que rezamos esa mañana. Luego ensayamos algún canto que los peregrinos aprendieron rápidamente.
Cuando bajamos en Zaragoza, este joven me preguntó: "Oye, Antonio: ¿No rezamos mucho en este bus?" Yo no sabía qué responderle, porque íbamos a celebrar la Eucaristía, para después comer y volver al bus para rezar la Coronilla de la Misericordia, por la tarde el Rosario y las Vísperas. En mi interior decía: "pero si sólo hemos rezado Laúdes..."
Este joven ha dado testimonio este año en varios de los buses porque este curso ingresa como seminarista en el Seminario Diocesano de Cáceres. No voy a contar aquí su testimonio, sólo os digo que en esta decisión ha sido crucial su peregrinación a Medjugorje en 2011 y el proceso posterior de transformación que Dios está haciendo con su vida y que arrastra a toda su familia.
Con este testimonio que os cuento, que no es el mismo que nos contó Rafa, ya hemos llegado a Zaragoza y nos vamos a celebrar la Eucaristía. Celebra el Padre Quique en el altar mayor de la Basílica del Pilar. Nos encomendamos a nuestra Madre y nos ponemos bajo ese manto que cubre el Pilar sobre el que ella se apareció hace casi dos mil años para animar al apóstol Santiago en su tarea de evangelización de nuestra patria.
En la plaza del Pilar hemos compartido la comida que llevábamos y de nuevo a los buses rumbo a Vilobí d'Onyar (Gerona), donde pasaremos nuestra primera noche.

martes, 21 de agosto de 2012

MEDJUJOVEN'2012: Hay mucha gente buena.

El pasado día 12 de agosto regresábamos de nuestra peregrinación a Medjugorje.
Han sido 16 días de convivencia con más de 200 personas. Mucho, muchísimo calor. Noches muy cortas acampados con nuestras "Quechua". Traslados interminables por las autopistas europeas. Comidas en áreas de servicio con las correspondientes colas para ir al baño o pagar lo que habíamos comprado. Esperas en aduanas para el control de toda la documentación. Etc.
Todo esto era imaginable y sabíamos que sería así. Además habíamos calculado que los retrasos no se multiplicarían al ser 4 autobuses, sino que se elevarían exponencialmente, tal y como ha sucedido.
Lo que no podíamos prever era el cúmulo de incidentes que hemos padecido en esta peregrinación, porque ni en la imaginación del peor enemigo de nuestro viaje pueden caber tantas cosas.
No voy a ser exhaustivo exponiendo cada uno de los problemas que hemos tenido que sortear, sólo os cuento los más sorprendentes.
Hemos sufrido averías en los sistemas de aire acondicionado de varios de los buses hasta el extremo de hacer dos días de trayecto sin este servicio. Cuando esto sucedió por primera vez en el bus en el que yo viajaba, comprendí rápidamente que nada ni nadie podría con esta gente que nos ha acompañado. Acabábamos de salir de Madrid rumbo a Zaragoza y enseguida notamos que no había refrigeración. Abrimos las dos escotillas que hay en el techo del bus, pero una de ellas no quería fijarse abierta; rápidamente buscamos una toalla para sujetarla y... hasta Zaragoza. Sin una protesta, si la toalla se aflojaba, uno de los peregrinos volvía a colocarla sin rechistar. Este hecho, sin importancia, me reveló que nada iba a poder con nuestra peregrinación. De esta guisa viajamos dos días.
El tercer día de viaje cambiamos el autobús con los más jóvenes porque habían ido a repararlo. Consiguieron que funcionara el aire acondicionado pero reventó un compresor y los chavales se quedaron toda la noche tirados en un área de peaje de Italia mientras esperaban un bus de sustitución. ¿Qué hicieron? ¿Protestar? ¿Escribir una hoja de reclamación? NO. Estuvieron rezando, cantando y bailando hasta que decidieron dormir un rato en el bus averiado mientras llegaba el sustituto.
Mientras tanto el minibus en el que viajaban 20 peregrinos ya había dado muestras de su falta de potencia tanto de motor como de capacidad refrigeradora. Sus pasajeros le apodaron el microondas. Pero, empapados en sudor, no dejaban de cantar, rezar y bailar todo el camino (hay vídeos).
Conseguimos llegar todos a Medjugorje y encontrar nuestros equipajes, nuestras pensiones y nuestras habitaciones (algunos cerca de las tres de la madrugada). No importó. A las nueve de la mañana todos a subir el Podbro entre cantos y bailes.
Ya os contaré algunos detalles de nuestra estancia.
Repararon el bus averiado, pero tampoco iba a ser fácil que llegara a Medjugorje. Los agentes de la aduana Bosnia se empeñaron en que no podía entrar vacío y tuvimos que enviar a 25 peregrinos en otro bus para que cruzaran la frontera y volvieran a entrar montados en dicho bus. No penséis que os miento, porque esto es totalmente real aunque inverosímil.
Pensábamos que después de tan accidentada ida, la vuelta no podía depararnos tantas sorpresas. Monumental error. La vuelta ha sido aún más "divertida". Como avance os cuento que el acceso a nuestro camping de Lourdes estaba cerrado a las 12 de la noche por ¡una concentración de gitanos! Tuvimos que rodear todo Lourdes y perder una hora más.
Atascos monumentales un sábado en el sur de Francia que nos llevan a tardar seis horas en hacer 200 km.
El acceso a uno de los albergues era tan estrecho y empinado que no cabían los buses. Esto trajo consigo que subiéramos los cerca de 3 km. en minibuses (algunos andando) con el equipaje y que nos acostáramos a las tres de la madrugada.
Se volvió a averiar el aire acondicionado el último día. Lourdes-Madrid con las escotillas abiertas.
Pensad en cualquier cosa que pudiera haber pasado y os quedaréis cortos: un cólico nefrítico con expulsión de piedra en Asís (5 horas de hospitalización), retención de una peregrina en Dubrovnik por DNI caducado (dos días), revisión de todo el equipaje por el escáner en Bari (más de tres horas), etc.
Y ¿nadie se amotinó? NO.
Os pongo la foto del final de este viaje. Como en ¿Dónde está Wally? intentad encontrar algún peregrino que se quejara en algún momento, que renegara de lo que nos estaba pasando, que increpara a los organizadores o a los conductores. No lo ha habido. Al contrario, todo han sido palabras de ánimo y de apoyo en todo momento. Algunos ya están deseando volver el próximo año.
Conclusión: HAY MUCHA GENTE BUENA.

sábado, 21 de julio de 2012

Venid aparte para descansar un poco.


XVI Domingo del tiempo ordinario, Ciclo B
Jeremías 23, 1-6
Efesios 2, 13-18
Marcos 6, 30-34

En el pasaje del Evangelio Jesús invita a sus discípulos a separarse de la multitud, de su trabajo, y retirarse con Él a un «lugar solitario». Les enseña a hacer lo que Él hacía: equilibrar acción y contemplación, pasar del contacto con la gente al diálogo secreto y regenerador con uno mismo y con Dios.

El tema es de gran importancia y actualidad. El ritmo de vida ha adquirido una velocidad que supera nuestra capacidad de adaptación. La escena de Charlot enfrascado en la cadena de montaje en "Tiempos modernos" es la imagen exacta de esta situación. Se pierde, de esta forma, la capacidad de separación crítica que permite ejercer un dominio sobre el fluir, a menudo caótico y desordenado, de las circunstancias y de las experiencias diarias.

Jesús, en el Evangelio, jamás da la impresión de estar agitado por la prisa. A veces hasta pierde el tiempo: todos le buscan y Él no se deja encontrar, absorto como está en oración. A veces, como en nuestro pasaje evangélico, incluso invita a sus discípulos a perder tiempo con Él: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Recomienda a menudo no afanarse. También nuestro físico, cuánto beneficio recibe de tales «respiros».

Entre estas «pausas» están precisamente las vacaciones de verano que estamos viviendo. Son para la mayoría de las personas la única ocasión para descansar un poco, para dialogar de manera distendida con el propio cónyuge, jugar con los hijos, leer algún buen libro o contemplar en silencio la naturaleza; en resumen, para relajarse. Hacer de las vacaciones un tiempo más frenético que el resto del año significa arruinarlas.

Al mandamiento: «Acordaos de santificar las fiestas», habría que añadir: «Acordaos de santificar las vacaciones». «Deteneos (literalmente: vacate, ¡tomaos vacaciones!), sabed que yo soy Dios», dice Dios en un salmo (Sal 46). Un sencillo medio de hacerlo podría ser entrar en la iglesia o en una capilla de montaña, en una hora en que esté desierta, y pasar allí un poco de tiempo «aparte», solos con nosotros mismos, ante Dios.

Esta exigencia de tiempos de soledad y de escucha se plantea de forma especial a los que anuncian el Evangelio y a los animadores de la comunidad cristiana, quienes deben permanecer constantemente en contacto con la fuente de la Palabra que deben transmitir a sus hermanos. Los laicos deberían alegrarse, no sentirse descuidados, cada vez que el propio sacerdote se ausenta para un tiempo de recarga intelectual y espiritual.

Hay que decir que la vacación de Jesús con los apóstoles fue de breve duración, porque la gente, viéndole partir, le precedió a pie al lugar del desembarco. Pero Jesús no se irrita con la gente que no le da tregua, sino que «se conmueve», viéndoles abandonados a sí mismos, «como ovejas sin pastor», y se pone a «enseñarles muchas cosas».

Esto nos muestra que hay que estar dispuestos a interrumpir hasta el merecido descanso frente a una situación de grave necesidad del prójimo. No se puede, por ejemplo, abandonar a su suerte, o aparcar en un hospital, a un anciano que se tiene al propio cargo, para disfrutar sin molestias de las vacaciones. No podemos olvidar a las muchas personas cuya soledad no han elegido, sino que la sufren, y no por alguna semana o mes, sino por años, tal vez durante toda la vida. También aquí cabe una pequeña sugerencia práctica: mirar alrededor y ver si hay alguien a quien ayudar a sentirse menos solo en la vida, con una visita, una llamada, una invitación a verle un día en el lugar de vacaciones: aquello que el corazón y las circunstancias sugieran.

P. Raniero Cantalamessa.

lunes, 16 de julio de 2012

El libro de Lore


Domingo soleado, aunque no excesivamente caluroso, en La Aguilera. Hemos llegado tarde al locutorio de las Hermanas Iesu Communio porque la comida se ha alargado algo más de lo previsto. Ya está casi lleno, aunque siempre queda sitio para algún peregrino más, basta que nos apretemos un "poquitín".
Hoy es la profesión solemne de una de las hermanas. Cuando entramos está comenzando a contarnos su experiencia. No nos hablaba de muchas cosas, sólo de las necesarias. Tampoco se andaba por las ramas, iba al grano, a la esencia, sin entrar en detalles particulares ni anécdotas concretas, hablando de su vida, de una vida transformada por el encuentro con el Amado.
Habló de atrevimiento, de osadía, incluso de lo pretencioso que es sentirse esposa de su Creador. La criaturilla ser esposa de su Hacedor. Estaba radiante, inmensamente feliz.
Nos habló de un libro, mejor dicho de un proyecto de libro que ella no se atrevió ni siquiera a empezar. "El libro de Lore". Iba a ser un libro-diario donde narrase su total entrega a Dios. Parecía un desafío interesantísimo y apasionante.



Aquel libro todavía no tiene ninguna letra impresa, sigue esperando porque el Amado le está descubriendo que no quiere nada de ella, sino que la quiere a ella.
Sin embargo otro libro se va llenando de párrafos, los párrafos de la donación gratuita de Dios, escritos con su sangre derramada por amor, pero con el resplandor de la luz de un Dios Vivo, palpable, que es un hombre porque está resucitado y ayer se desposó con ella.
Felicidades Lorena. Gracias por compartir con nosotros tanta felicidad, gracias por testimoniar con tu vida que Él está resucitado.

miércoles, 11 de julio de 2012

La medalla de San Benito

La medalla de San Benito es un signo muy difundido entre los fieles católicos. Presenta de un lado la Cruz de Cristo, y del otro la imagen de San Benito Abad. Sobre la cruz y a su alrededor se leen las iniciales de una oración de exorcismo. La medalla de San Benito recuerda a los fieles que la llevan consigo la presencia constante de Dios y su protección. El significado de las iniciales es el siguiente (texto latino y traducción):
Crux Sancti Patris Benedicti                                         Cruz del Santo Padre Benito.
Crux Sancta Sit Mihi Lux                                             La Santa Cruz sea mi Luz
Non Draco Sit Mihi Dux                                              No sea el demonio mi guía.
Vade Retro Satana                                                      ¡Apártate, Satanás!
Nunquam Suade Mihi Vana                                         no sugieras cosas vanas,
Sunt Mala Quae Libas                                                 maldad es lo que brindas,
Ipse Venena Bibas                                                      bebe tú mismo el veneno.
· En la Vida de San Benito escrita por el papa Gregorio Magno cuarenta años después de la muerte del santo, el abad Benito manifiesta una especial devoción hacia la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de salvación. En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él. En otra oportunidad, uno de sus discípulos se siente perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse librado. En su "Regla de los monjes", San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz. Estos y otros muchos indicios invitaban a los discípulos del abad San Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por la cual fue vencido el poder del mal y de la muerte.

• Las investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han mostrado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera (sur de Alemania) hacia el año 1647. En esa época, durante un proceso judicial, unas mujeres consideradas hechiceras declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Cruz. En dicho monasterio se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan hoy a la Medalla. Pero esas letras no pudieron ser interpretadas hasta que, en un manuscrito de la biblioteca del monasterio, se encontró la imagen de San Benito junto a la oración compuesta por las iniciales. En realidad, un manuscrito más antiguo procedente de Austria (siglo XIV), que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y de la oración. A pesar de que en el siglo XVII algunos la tuvieron por supersticiosa, debido justamente a las enigmáticas iniciales que acompañaban a la imagen, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV aprobó el uso de la Cruz-Medalla de San Benito para todos los fieles.

• En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y de Dom Zelli Iacobuzzi, monje de San Pablo Extramuros, se estudia detenidamente el origen y la historia de la medalla. Desde este último monasterio, ubicado en Roma, foco de irradiación benedictina, se difundió también la devoción a la Medalla. La representación más popular de la misma es la llamada "medalla del jubileo", diseñada en la Abadía de Beuron, y acuñada especialmente para el Jubileo benedictino del año 1880, conmemoración de los 1400 años del nacimiento de San Benito Abad. Los abades benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecassino, y desde allí la Medalla de San Benito se diseminó por todo el mundo.


lunes, 4 de junio de 2012

Un misterio cercano


La vida cristiana se desarrolla totalmente en el signo y en presencia de la Trinidad. En la aurora de la vida, fuimos bautizados «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» y al final, junto a nuestra cabecera, se recitarán las palabras: «Marcha, oh alma Cristiana de este mundo, en el Nombre de Dios, el Padre omnipotente que te ha creado, en el nombre de Jesucristo que te ha redimido, y en el nombre del Espíritu Santo que te santifica».

Entre estos dos momentos extremos, se enmarcan otros llamados de «transición» que, para un cristiano, están marcados por la invocación de la Trinidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los esposos se unen en matrimonio y los sacerdotes son consagrados por el obispo. En el pasado, en nombre de la Trinidad, comenzaban los contratos, las sentencias y todo acto importante de la vida civil y religiosa.

No es verdad, por tanto, el que la Trinidad sea un misterio remoto, irrelevante para la vida de todos los días. Por el contrario, son las tres personas más «íntimas» en la vida: no están fuera de nosotros, como sucede con la mujer o el marido, sino que están dentro de nosotros. «Hacen morada en nosotros» (Juan 14, 23), nosotros somos su «templo».

Pero, ¿por qué creen los cristianos en la Trinidad? ¿No es ya bastante difícil creer que Dios existe como para añadir también que es «uno y trino»? ¡Los cristianos creen que Dios es uno y trino porque creen que Dios es amor! La revelación de Dios como amor, hecha por Jesús, ha «obligado» a admitir la Trinidad. No es una invención humana.

Si Dios es amor, tiene que amar a alguien. No existe un amor «al vacío», sin objeto. Pero, ¿a quién ama Dios para ser definido amor? ¿A los hombres? Pero los hombres existen tan sólo desde hace unos millones de años, nada más. ¿Al cosmos? ¿Al universo? El universo existe sólo desde hace algunos miles de millones de años. Antes, ¿a quién amaba Dios para poder definirse amor? No podemos decir que se amaba a sí mismo, porque esto no sería amor, sino egoísmo o narcisismo.

Esta es la respuesta de la revelación cristiana: Dios es amor porque desde la eternidad tiene «en su seno» un Hijo, el Verbo, al que ama con un amor infinito, es decir, con el Espíritu Santo. En todo amor siempre hay tres realidades o sujetos: uno que ama, uno que es amado, y el amor que les une. El Dios cristiano es uno y trino porque es comunión de amor. En el amor se reconcilian entre sí unidad y pluralidad; el amor crea la unidad en la diversidad: unidad de propósitos, de pensamiento, de voluntad; diversidad de sujetos, de características, y, en el ámbito humano, de sexo. En este sentido, la familia es la imagen menos imperfecta de la Trinidad. No es casualidad que al crear la primera pareja humana Dios dijera: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra» (Génesis 26-27).

Según los ateos modernos, Dios no sería más que una proyección que el hombre se hace de sí mismo, como uno que confunde con una persona diversa su propia imagen reflejada en un arroyo. Esto puede ser verdad con respecto a cualquier otra idea de Dios, pero no con respecto al Dios cristiano. ¿Qué necesidad tendría el hombre de dividirse a sí mismo en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, si verdaderamente Dios no es más que la proyección que el hombre hace de su propia imagen? La doctrina de la Trinidad es, por sí sola, el mejor antídoto al ateísmo moderno.

¿Te parece demasiado difícil todo esto? ¿No has comprendido mucho? Te diría que no te preocupes. Cuando uno está en la orilla de un lago o de un mar y se quiere saber lo que hay del otro lado, lo más importante no es agudizar la vista y tratar de otear el horizonte, sino subirse a la barca que lleva a esa orilla. Con la Trinidad, lo más importante, no es elucubrar sobre el misterio, sino permanecer en la fe de la Iglesia, que es la barca que lleva a la Trinidad.
P. Raniero Cantalamessa