Hoy, 24 de julio, es una de las fechas que tengo profundamente marcadas en mi calendario. Como tantas otras cosas, también es una fecha con contrastes. Como el agua: signo de vida, pero también de destrucción y muerte, a veces.
Un día como hoy de hace 33 años fallecía mi padre en un accidente de tráfico. Acontecimiento que marcó toda mi juventud y que, sólo con la ayuda de Dios, he podido aceptar sin llegarlo a entender nunca.
Un día como hoy de hace 23 años "Perico" Delgado ganaba el Tour de Francia. Yo prácticamente no me enteré de este acontecimiento deportivo tan importante aquel día de 1988.
Aquel día 24 de julio de 1988 marcó definitivamente esta fecha en nuestras vidas. Dios quiso que fuera aquel día y no otro que nosotros habíamos previsto antes. Porque Dios hace así de bien la cosas. No podía grabar esta fecha como recuerdo de tragedia y dolor.
A mediodía comenzó la celebración en la que nos uníamos en el Sacramento del Matrimonio mi novia de toda la vida y yo. Y digo bien, mi novia de toda la vida porque fueron 9 años de noviazgo.
Desde entonces hasta ahora hemos pasado muchas cosas, casi todas juntos, literalmente, porque no nos concebimos el uno sin el otro. Nosotros lo hemos interpretado así: para que esto vaya para adelante tenemos que hacer todo lo que podamos JUNTOS los dos y con Él en medio.
Han nacido nuestras cuatro hijas, las hemos visto crecer y a alguna (o algunos) irse al cielo antes de nacer. Hemos vivido alegrías y penas. Hasta hoy la salud nos ha respetado y las enfermedades han sido muy llevaderas, gracias a Dios. Hemos tenido trabajos buenos, malos y regulares; incluso no hemos tenido trabajo. Pero siempre juntos.
Con las niñas hemos visto sus bautizos, comuniones, confirmaciones. Todas ellas siguen en la Iglesia. ¡Qué bendición, Dios mío!
Nos conocemos muy bien y sabemos que esta obra no es nuestra. Es fruto de la misericordia infinita de Dios, una prueba más de su inmenso Amor y que nosotros no merecemos. La Iglesia, como Madre, ha cuidado de nosotros con mucho mimo y nos ha ayudado muchísimo. También la Virgen María nos ha acompañado durante todo este tiempo de forma callada, pero siempre amorosa.
Hemos discutido algunas veces, más de las que quisiéramos cualquiera de los dos, pero siempre hemos podido decir: PERDÓN.
Hace unos días leí que para que un matrimonio funcione uno de los dos tiene que darse plenamente al otro, desprendiéndose de sí mismo; pero para que ese matrimonio sea FELIZ es necesario que esto lo hagan los dos. Por lo que a mí respecta os puedo asegurar que sin la ayuda de DIOS es imposible, pero también os garantizo que somos FELICES. Sacad vuestras conclusiones.
Hace unos días leí que para que un matrimonio funcione uno de los dos tiene que darse plenamente al otro, desprendiéndose de sí mismo; pero para que ese matrimonio sea FELIZ es necesario que esto lo hagan los dos. Por lo que a mí respecta os puedo asegurar que sin la ayuda de DIOS es imposible, pero también os garantizo que somos FELICES. Sacad vuestras conclusiones.
Por todo ello, en primer lugar: ¡GRACIAS, SEÑOR! Sigue bendiciendo nuestro matrimonio, no nos dejes nunca de tu mano. Y también ¡GRACIAS INMACULADA por tu paciencia conmigo!
Siempre digo que me encantaría volverme a casar, pero con la misma mujer.
Siempre digo que me encantaría volverme a casar, pero con la misma mujer.
Sé que mi padre también vela por nosotros desde el cielo.
Por lo que veo... tenemos más cosas en común de las que creía porque mi pá también murió igual.
ResponderEliminarBueno, pues parece que el día 24 tiene muchos contrastes en tu historia de salvación. El Señor sabe el motivo, claro.
Felicidades por el Aniversario.
Me alegra y alienta la acción de gracias que has sabido hacer. Me uno a ella. Un fuerte abrazo y que sean muchos años más de bendiciones matrimoniales.
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