martes, 24 de abril de 2012

El paso del tiempo

El mes pasado nos caducó el carnet de familia numerosa y hemos tenido que volver a hacer algunos trámites para su renovación. Como el número de miembros de la familia que vivimos en casa ha variado, tuvimos que hacernos una nueva fotografía. Hoy hemos recogido el nuevo título de familia numerosa. Os adjunto las dos imágenes:
 Entre ambas imágenes han transcurrido once años. El paso del tiempo se nota en unos más que en otros. Pero no es de esto de lo que  quiero hablaros, sino del paso del Señor por medio de nuestras vidas durante todo ese tiempo, que creo que es mucho más interesante.
Ha sido un tiempo, sin duda, lleno de bendiciones.
La familia no ha crecido más porque Dios así lo ha querido. Algún pequeño nos contemplará desde el cielo, sin duda.
Las niñas ya no son niñas, todas ellas son ya mujeres. Una de ellas ya no vive en nuestra casa, como bien sabéis los más asiduos del blog. Otras dejarán el hogar pronto para formar su propia familia, pero en ningún caso dejarán de pertenecer a ésta. De hecho, la familia no va disminuyendo, sino que va aumentando. Creo que ya os he hablado de "mis hijas de Iesu Communio".
Todas nuestras hijas, a día de hoy, están dentro de la Iglesia. Esta es una petición especial que hicimos en cierta ocasión a la Virgen María y ella se ha encargado de cuidar de que así sea.
Nuestro matrimonio sigue siendo una fuente de vida para los dos. Un manantial de donación mutua en el que cada día se hace carne Jesucristo para reconstruir todo lo que nuestra torpeza destruye.
Nuestra casa sigue siendo una casa de oración en la que se bendice al Señor cada día.
Cuando he visto estas dos fotos, me he acordado de muchas cosas, las imágenes me han refrescado la memoria y lo primero que me ha venido a la boca ha sido un ¡Gracias, Señor! Lo digo con la certeza que me da el saber que todo es obra suya, que nada ha sido mérito mío, que yo no soy digno de tanto bien como Él me regala cada día.
Hoy me siento feliz al contemplar estas imágenes y ver en ellas la obra de Dios en medio de nuestro matrimonio, de nuestras hijas, de nuestra familia. ¡Merece la pena apostar por el Señor! Él siempre es fiel y no abandona nunca la obra de sus manos, como dice el Salmo.
No pretendo con este post ser ejemplo de nada, solamente quería comunicar la alegría que siento.

3 comentarios:

  1. En esta noche de insomnio... me he topado con este post tan bonito...!!!

    Gracias,Antonio por hacernos partícpe de tu vida familiar.

    Que el Señor los siga bendiciendo infinitamente!!!

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  2. Qué bonito Antonio. Cuántas personas se lamentarían por el paso del tiempo, por los que ya no viven en la casa... y TÚ nos das una lección viendo el lado alegre de todo. Un beso a todos. Loreto

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  3. Oye que las de Iesu Communio también son hijas mías, entonces... somos conuegros, o no, somos ... cuñados, bueno no sé lo que somos, seremos Hermanos en Cristo.
    Yo también tuve una experiencia parecida cuando fuí a renovar el carnet de Familia Numerosa, meses antes de entrar una de mis hijas en La Aguilera se emancipó otra de ellas, meses después se casó uno de mis hijos, en resumen, que pasamos de ser Familia Numerosa de categoría especial a ser Familia "normal y corriente" con 2 hijos viviendo con nosotros.

    Perkins

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