Este año quiero que os subáis al bus, con la "Quechua", el saco, la esterilla, la maleta y con el corazón abierto a viajar a un lugar increíble. Cada post será un acercamiento al interior de la peregrinación, al Festival de Jóvenes o a las Gracias que Dios ha derramado sobre nosotros y que queremos compartir, humildemente desde este blog.
La primera etapa de nuestra peregrinación es Zaragoza. Quedamos en Ventas a las nueve de la mañana, pero la salida se retrasa hasta las diez o diez y media. Después de hacer y deshacer varias veces el "tetris" de los equipajes en las bodegas de los buses y de ubicar a cada cual en cada uno de los cuatro buses a los que este año se ha nombrado con advocaciones de nuestra madre: "La Gospa", "La Guadalupana", "Virgen de Lourdes" y "Nuestra Sra. de Fátima" hemos partido.
Todas las mañanas nos encomendamos con una oración al arcángel San Rafael, al Sagrado Corazón de Jesús y al Dulce Corazón de María.
Cada año se elabora una guía del peregrino con información de los lugares que vamos a visitar, plan de viaje, cantoral y la liturgia de las horas de los días que vamos a estar en el bus junto con algunas otras oraciones. La guía se convierte en el libro más leído durante el viaje y la mayoría de los peregrinos la conserva a la vuelta.
Una vez en marcha hemos hecho la oración de la mañana (Laúdes) con la ayuda de dicha guía y Rafa nos ha contado alguna anécdota o testimonio de peregrinaciones anteriores.
Yo hago lo mismo y os cuento hoy una anécdota de la peregrinación del año pasado.
Salvo por el incidente del aire acondicionado que os comenté ayer, el viaje fue muy parecido al de este año. En nuestro bus (el de las familias) viajaba una familia que había venido desde Cáceres. Habían hecho la reserva el matrimonio y sus dos hijos, pero a última hora un problema con las vacaciones hizo que el cabeza de familia se quedara en casa. Como ya tenían el viaje pagado y para aprovechar las plazas, ella invitó a su hermano, que accedió a subirse a aquel autobús. El hermano hacía varios años que no pisaba una iglesia, ni ganas que tenía de volverla a pisar. Un joven inteligente, con varios títulos universitarios, emprendedor, con un reconocido prestigio en su sector laboral. Aventurero y deportista.
Ocupaba, junto con su hermana las plazas paralelas a la mía y a la de mi esposa en el bus y charlamos un poco durante aquel trayecto. A media mañana rezamos Laúdes, después de haber hecho la oración inicial que os he comentado. Recuerdo que esto fue lo único que rezamos esa mañana. Luego ensayamos algún canto que los peregrinos aprendieron rápidamente.
Cuando bajamos en Zaragoza, este joven me preguntó: "Oye, Antonio: ¿No rezamos mucho en este bus?" Yo no sabía qué responderle, porque íbamos a celebrar la Eucaristía, para después comer y volver al bus para rezar la Coronilla de la Misericordia, por la tarde el Rosario y las Vísperas. En mi interior decía: "pero si sólo hemos rezado Laúdes..."
Este joven ha dado testimonio este año en varios de los buses porque este curso ingresa como seminarista en el Seminario Diocesano de Cáceres. No voy a contar aquí su testimonio, sólo os digo que en esta decisión ha sido crucial su peregrinación a Medjugorje en 2011 y el proceso posterior de transformación que Dios está haciendo con su vida y que arrastra a toda su familia.
Con este testimonio que os cuento, que no es el mismo que nos contó Rafa, ya hemos llegado a Zaragoza y nos vamos a celebrar la Eucaristía. Celebra el Padre Quique en el altar mayor de la Basílica del Pilar. Nos encomendamos a nuestra Madre y nos ponemos bajo ese manto que cubre el Pilar sobre el que ella se apareció hace casi dos mil años para animar al apóstol Santiago en su tarea de evangelización de nuestra patria.
Con este testimonio que os cuento, que no es el mismo que nos contó Rafa, ya hemos llegado a Zaragoza y nos vamos a celebrar la Eucaristía. Celebra el Padre Quique en el altar mayor de la Basílica del Pilar. Nos encomendamos a nuestra Madre y nos ponemos bajo ese manto que cubre el Pilar sobre el que ella se apareció hace casi dos mil años para animar al apóstol Santiago en su tarea de evangelización de nuestra patria.
En la plaza del Pilar hemos compartido la comida que llevábamos y de nuevo a los buses rumbo a Vilobí d'Onyar (Gerona), donde pasaremos nuestra primera noche.
precioso testimonio! se me ha puesto la carne de gallina! que grande es el Senor!
ResponderEliminarSegún me comentaron, este año, los familiares de Carlos, cuando pararon con la peregrinación de Medjugorje en Zaragoza el 28 de julio de 2012, vieron al bajar del autobús a Carlos... y dijeron lo mismo...y cuando Antonio e Inma se enteraron...sonrieron...porque esa historia les sonaba repetida.
ResponderEliminarQue bonito testimonio. Espero que sigas narrando el cuaderno de bitacora de este viaje tan increible. Gracias
ResponderEliminar