Ahora que el otoño ha llegado tiñendo nuestros bosques de colores y llenando nuestros parques y jardines de hojas caídas. Con la bendita lluvia empapando las calles y, de paso, rellenando nuestros embalses. En este tiempo en que los termómetros empiezan a almacenar el mercurio en la zona inferior, o bien, en los digitales desaparece el segundo dígito como si entrara en proceso de hibernación. Llegando estos días apetece sentarse en torno a la mesa saboreando un café calentito y endulzarlo con un poco de azúcar y si es azúcar de caña, mejor aún.
En mi caso tengo que privarme de esta última parte, porque la diabetes no me lo permite, y conformarme con un par de "sacarinas". Pero hoy no quiero escribir sobre el otoño ni sobre las enfermedades que, a cada uno, nos van apareciendo con el paso de los años. Este blog trata sobre el azúcar, y más concretamente sobre el azúcar de caña.
Seguramente que al situarnos en la escena que describía al principio de estas líneas no hemos pensado en lo que hay detrás de esas dos cucharadas o terrones de cristalitos blancos o morenos que depositamos en nuestra taza de café.
No trataré de explicaros todo el proceso de elaboración de tan dulce producto, ni mucho menos. Lo que os propongo es que acompañéis esa taza de café con un complemento ideal que es la lectura de un buen libro. En concreto del nuevo libro, que hoy sale a la venta, de Jesús García. El título del mismo es: "ESCLAVOS EN EL PARAÍSO". Una frase bajo el título aclara: "El Reino de Dios en los bateyes dominicanos. La historia del misionero español Christopher Hartley Sartorius."
Como dice el Cardenal Cañizares en las páginas iniciales, a modo de presentación, el libro es un auténtico regalo para quien lo lea, como ha sido para mí un verdadero don y gracia, que estimula, alienta y hace proclamar las maravillas que la misericordia de Dios realiza a favor de la Iglesia y de los hombres.
Como dice el mismo autor, no se trata de la biografía de un superhéroe, para eso están los cómics de Batman o Superman; sino del relato de la acción de Dios en un hombre de Dios, un siervo y servidor, fiel y cumplidor del Señor. Este misionero es el sacerdote español Christopher Hartley Sartorius, pero entre las líneas de este libro desfilan muchos hombres y mujeres de Dios cuyas historias, desde la pobreza, el sufrimiento, la esclavitud incluso, reflejan de forma increíble la fe en un Dios que es Amor, rico en misericordia en medio de los campos de caña de San José de los Llanos en República Dominicana, entre los pobres mas pobres.
Como dice el mismo autor, no se trata de la biografía de un superhéroe, para eso están los cómics de Batman o Superman; sino del relato de la acción de Dios en un hombre de Dios, un siervo y servidor, fiel y cumplidor del Señor. Este misionero es el sacerdote español Christopher Hartley Sartorius, pero entre las líneas de este libro desfilan muchos hombres y mujeres de Dios cuyas historias, desde la pobreza, el sufrimiento, la esclavitud incluso, reflejan de forma increíble la fe en un Dios que es Amor, rico en misericordia en medio de los campos de caña de San José de los Llanos en República Dominicana, entre los pobres mas pobres.
Cada página del libro es como un machetazo a las cañas que se elevan en los bateyes, que hace rezumar el líquido que guarda en su interior, que no es otro que la esperanza, la alegría y el gozo de vivir con la apremiante necesidad de evangelizar, de entregar la vida para llevar el Amor de Cristo a los demás.
En estos días en que tanto estamos teorizando sobre la Nueva Evangelización, llega a las librerías este libro que nos habla de lo que verdaderamente es eso de la Nueva Evangelización. El "ardor misionero" que transmite el padre Christopher en las cartas que envió desde la misión y que son el hilo conductor de este libro, nace del tiempo, del tiempo de oración, de horas y horas de oración ante el Sagrario que le regalaron las Misioneras de la Caridad. Porque no hay Nueva Evangelización sin Eucaristía.
Pues, ahora que el clima invita al recogimiento en nuestros hogares, ante una taza de café con azúcar de caña dominicano (o con sacarina), os invito a la lectura de "ESCLAVOS EN EL PARAÍSO" con disponibilidad total para contemplar las maravillas que la misericordia de Dios sigue manifestando en medio de nosotros.
Siempre es gratificante y agradable pasar por tu blog, siempre es grato y bonito encontrarte con un blog que hace Evangelio y llega al alma del lector, desde Jaén un abrazo y feliz adviento
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